
Básicamente, se entiende como eficiencia energética o ahorro energético, a la obtención del máximo rendimiento en dispositivos usando la menor cantidad de energía posible. Este mismo término se usa también cuando hablamos de edificios. Por ejemplo, si dos viviendas reciben la misma cantidad de energía para generar calor, será más eficiente aquella que consiga generar y retener más cantidad de calor en un determinado periodo.
Existen muchas razones por las que los gobiernos de los países y las empresas más importantes del mundo están dedicando gran cantidad de recursos al estudio y optimización de la eficiencia energética. Tres de estas razones, quizás las más importantes, son:
La economía mundial se basa en gran medida en el consumo de petróleo y gas. La globalización de los mercados y la demanda cada vez mayor de energía hace que su precio se dispare. Esto provoca desajustes económicos en los países que son energéticamente deficitarios y tienen que comprar energía a otros estados.
El medio ambiente es el gran perjudicado por la necesidad de energía existente a nivel mundial. Mientras mayor es el consumo, menores son las reservas de recursos naturales de petróleo, gas, cobre…Es por esto, la importancia que tienen, y cada vez más, las energías renovables. Además, la emisión de CO2 a la atmósfera, es directamente proporcional a la energía consumida en el planeta.
La economía doméstica. La factura de la luz es uno de los gastos más importantes que mes tras mes tenemos que afrontar. Eso lo saben las grandes empresas fabricantes de productos que necesitan de la electricidad para su puesta en marcha (electrodomésticos, televisores, ordenadores…) e invierten gran cantidad de recursos en conseguir artículos que consuman la menor cantidad de electricidad posible.
A continuación se enumeran una serie de acciones que favorecen la disminución del consumo eléctrico en casa. Son muy fáciles de llevar a cabo y simplemente adquiriendo el hábito para su realización, se consigue reducir la factura de la luz de tu hogar de forma considerable.
Parece una obviedad pero no lo es. Simplemente desenchufando todos los aparatos que permanecen en standby (como el televisor) y quitar los cargadores de móviles o portátiles de los enchufes cuando no los utilizas, puedes ahorrar una media anual de entre 50€ y 75€.
Una buena solución para implementar esta medida es conectar, en la medida de lo posible, todos los dispositivos que dispongan de StandBy a una regleta de varias tomas, que disponga de un botón de encendido y apagado. De esta forma, cuando vayamos a dormir, o a estar fuera de casa un fin de semana, simplemente presionando el interruptor de dicha regleta, la apagaremos completamente y con ella todos los StandBy de los dispositivos conectados a ella.
A partir de ahora, si no lo hacías ya antes, cuando compres un nuevo electrodoméstico, valora además de su precio de compra, su eficiencia energética.
La calificación más alta es A+++ y puede suponer un ahorro energía respecto a un dispositivo con calificación D, la más baja, de más de 1000€ en la vida útil del electrodoméstico (aproximadamente 15 años).
Infórmate de las características del producto y no te fijes únicamente en la marca. Hay grandes oportunidades tras las segundas marcas de los principales fabricantes, que al menos, es conveniente tener en cuenta.
Aislar tu casa es una forma efectiva y fácil para ahorrar dinero en la climatización de tu hogar. Muy importante, en el caso de que vivas en una casa y no en un piso es el tema de la azotea y la fachada. Los colores claros reflejan la radiación evitando el calentamiento de las zonas interiores mientras que los colores oscuros la absorben. Dependiendo de la zona geográfica en que te encuentres y las características de su climatología, convendrá pintar de una tonalidad u otra.
Otra cuestión a tener en cuenta son las ventanas y puertas. Gran cantidad del calor se pierde a través de ellas. Es muy importante la tipología de cristal utilizado en ventanas y puertas que dan al exterior.
Un cristal tipo «climalit» (compuesto por 2 vidrios monolíticos y una cámara de aire entre ellos) es la mejor solución. Aportan mucho mejor aislamiento térmico y acústico que un vidrio monolítico (un solo vidrio). Su precio es mayor, pero compensa con creces la pequeña diferencia económica que pueda haber entre ambos.
El material de puertas y ventanas de casa es otro de los aspectos importantes a tener en cuenta. La mejor relación calidad / precio en la carpintería metálica en viviendas la ofrecen las ventanas de PVC. Disponen de las características de las ventanas de aluminio con rotura de puente térmico y su precio es considerablemente inferior. Estéticamente no notarás la diferencia.
Si los cerramientos exteriores de tu casa no aíslan correctamente, al menos, asegúrate de tapar las entradas de aire que puedan existir de la mala estanqueidad de ventanas y puertas.
Abre o cierra las cortinas dependiendo de la estación del año en la que nos encontremos. En verano mantén las cortinas cerradas, impedirá la entrada del calor irradiado por los rayos solares y mantendrá tu casa fresca. En invierno mantén las cortinas cerradas para retener el calor y ábrelas cuando la luz del sol incida sobre tus ventanas.
Asegúrate si dispones de radiadores, que las cortinas no los cubran y dificulten la calefacción de las habitaciones.
Siguiendo estas directrices como un hábito más en tu día a día, puedes ahorrar una cantidad importante de dinero en tu factura de electricidad. Además, aprovechas el calor externo cuando es beneficioso y minimizarlo cuando es perjudicial.
Instala bombillas LED y lámparas de bajo consumo según vayan dejando de funcionar las que tienes en casa. El precio de compra es un poco más caro pero tienen mayor vida útil y gastan muchísima menos electricidad que las bombillas incandescentes de «toda la vida». Como referencia, las bombillas de bajo consumo usan un 25% de la energía utilizada por las bombillas incandescentes, mientras que las LED sólo un 2%.
Apaga las luces cuando salgas de cualquier estancia de tu vivienda. Simplemente apagando el interruptor reducirás el importe de tu factura eléctrica y la emisión de CO2 a la atmósfera.
Ambos dispositivos necesitan de pequeños mantenimientos preventivos, para que su eficiencia energética sea óptima y su vida útil se alargue.
En los splits de aire acondicionado, lleva a cabo una limpieza de sus filtros una o dos veces al año para que el polvo no genere una capa que no permita el flujo correcto de aire. Lo ideal es que cada vez que cambies de calor a frío o viceversa, lo hagas.
Si hay habitaciones que no usas habitualmente, ciérralas para no malgastar energía en su calentamiento o enfriamiento.
Si dispones de aire acondicionado por conductos, cierra las rejillas de las habitaciones que uses de forma poco habitual.
El frigorífico es el electrodoméstico que más electricidad consume ya que está conectado a la luz las 24 horas del día. Es por esto que, cobra mayor importancia si cabe que su funcionamiento sea óptimo desde el punto de vista energético. Para ello sigue las siguientes recomendaciones:
La parte trasera del frigorífico debe estar limpia y ventilada. Lo ideal es que programes al menos la limpieza de esta parte al menos 2 veces al año.
Evita que se formen capas de hielo y escarcha en las paredes. Si tu frigorífico es NO FROST, no te tendrás que preocupar. Si no lo es, descongélalo antes de que se forme una capa de 2 cm de hielo.
No tengas abierta la puerta del frigorífico durante mucho tiempo y comprueba que las gomas de la puerta no están agrietadas para que proporcionen una buena estanqueidad.
La temperatura óptima de la nevera es de 5ºC y la del congelador -18ºC. Todo lo que sea hacer trabajar el frigorífico a valores menores de temperatura supondrá un incremento en la energía utilizada.