
Si eres de los que va al supermercado una vez al mes y carga el carro hasta arriba, debes tener en cuenta que estás malgastando dinero.
Seguro que en más de una ocasión alguno de los productos frescos que has comprado se ha puesto malo, y es que cuando compramos en grandes cantidades luego no solemos tener tiempo para consumir todo el producto fresco antes de que se empiece a estropear.
Podrías pensar que el congelador es la solución a este problema. Pero si lo sobrecargas demasiado aumentas su consumo eléctrico.
Si no quieres gastar dinero de más en comida que no vas a consumir ni aumentar la factura eléctrica llenando el congelador innecesariamente, cambia tus hábitos. Haz la compra de productos frescos una vez a la semana. Así te ahorras tener que congelarlos y desperdiciarás mucha menos comida.
Una de la causas por las que el ahorro doméstico se vuelve tan complicado es porque muchas veces gastamos en cosas que realmente no nos hacen falta, y la ropa es uno de los caprichos con los que más “pecamos”.
Si llenas tu armario con las últimas tendencias al año siguiente te encuentras con que tienes un montón de ropa, pero toda pasada de moda, y tienes que volver a hacer un nuevo gasto. Sin embargo, puedes evitar esto si te haces un buen fondo de armario con prendas básicas y en tonos neutros, que resultan sencillas de combinar y nunca pasan de moda.
Camisetas de algodón, vaqueros, una chaqueta de vestir, una camisa blanca… lo mejor es que aproveches las rebajas para comprar este tipo de prendas y así ahorras todavía más.
Poner la lavadora es una actividad cotidiana en todos los hogares, lo que quizá no sepas es que tiene un importante impacto en tu factura de agua y luz. Pero no te preocupes, también en esto puedes ahorrar.
Para empezar, escoge un detergente de calidad que sea capaz de eliminar manchas a la primera, y dosifícalo siguiendo las instrucciones del fabricante. Así evitas gastar detergente de más y consigues que las prendas queden limpias y sin restos de jabón.
Procura poner la lavadora únicamente cuando esté llena, pero nunca la cargues del todo. Es fundamental que quede algo de espacio entre las prendas para que se puedan mover y se remojen correctamente. En caso contrario la ropa no quedará limpia y tendrás que volver a lavarla.
Olvídate del agua caliente salvo que sea absolutamente necesario. Con los detergentes actuales puedes obtener buenos resultados en agua fría. Si la mayoría de las lavadoras que pones al cabo del mes son con agua fría, notarás que la factura eléctrica baja de forma considerable.
En cuanto a la secadora, cuanto menos tengas que recurrir a ella mucho mejor. Recuerda que este es uno de los electrodomésticos que más energía consume.
Con estos pequeños gestos que acabamos de ver notarás que llegas a final de mes con más dinero en tu bolsillo. Además, una manera excelente de controlar los gastos y los ingresos de nuestro hogar, es tener un presupuesto doméstico. No hace falta que sea algo muy elaborado, puedes hacerlo en una agenda o en una hoja Excel personalizable como esta.
Ahora que por fin has conseguido el tan ansiado ahorro doméstico, es momento de empezar a crear un pequeño colchón económico.
En cuanto tengas un poco de dinero puedes invertirlo y así tus ahorros seguirán creciendo. No vas a llegar de 0 a 100 en un abrir y cerrar de ojos, pero si eres constante conseguirás tus objetivos. Sencillos ajustes como estos en tus rutinas conseguirán que poco a poco tengas más dinero disponible.